Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Y esque no soy una pequeña gota de lluvia.

Me voy a ir a dormir.
Puedo decir que hoy ha sido un día del todo improductivo, aburrido y sin ningún sentido.





Retrocede, así, despacio, sin que nadie se de cuenta, paso a paso, baja la velocidad hasta recuperar el vaivén cotidiano, las pequeñas cosas que te hacían sonreír.

Vuelve a tu lugar y coloca cada cosa en su sitio, mantente firme, hazte promesas y no vuelvas a romperlas jamas.

Afuera está lloviendo, lo oigo, la lluvia choca contra mi ventana, no es una gran tormenta, es simplemente lluvia, cae lenta, sin ningún propósito, simplemente se precipita hacía el vacío por el mero echo de caer, por el mero echo de sentir la gravedad atrayendola, cree que no puede evitarlo y se deja hacer, siente la euforia de la caída, la adrenalina, pero no se da cuenta de que no es puenting ni tiene ningún paracaídas y que irremediablemente, todas y cada una de las veces que empiece a caer se dará contra el suelo, no hay nada que pueda evitarlo, chocará y se desparramará por el suelo y correrá y correrá hasta el océano para volver a empezar y durante todo ese tiempo extrañará la caída, la excitante y preciosa caída para que cuando esté cayendo se de cuenta de que no hay nada que frene su avance, nada que la haga parar a medio camino y retroceder.

Asique ahora está cayendo y lleva todo el tiempo hasta hoy esperando caer, ansiando sentir esa inevitable atracción que es la gravedad, sin recordar que lo único que viene después es el golpe, ya sea con el suelo o con mi ventana, y ya sea por el daño o por el tiempo hasta que tiene de nuevo lo que quiere no merece la pena, pero no lo recuerda, pobre idiota, no se da cuenta de que es solo un instante, un instante de euforia que no es nada comparado con el camino hasta allí, es mucho más largo que ese momento, que ese segundo, el recorrido que le queda por delante es demasiado complicado para estar todo el camino esperando para tener un segundo, un único segundo que lo único que hará será no traer nada bueno.

Asique ya sabéis, cuando veáis llover sentid pena por esas pequeñas gotas que se precipitan sin ninguna razón al vació, porque se darán contra el suelo una y otra y otra vez a lo largo de su vida, como si no pudieran evitarlo, y es que en su caso no pueden, no hay nada que puedan hacer, pero nosotros no somos pequeñas gotas de agua que caen sin ningún sentido, nosotros podemos aprender y recordar, podemos no volver a tropezar con la misma piedra, podemos levantarnos y no correr hacia el océano para volver a empezar, podemos tomar decisiones y al menos yo voy a tomarlas para no volver a caer por lo mismo una y otra vez. 






PD: Aunque debo de reconocer que cuando caen sobre agua... es precioso


1 comentario:

  1. sentir la euforia de la caída... en este caso parece más interesante que el lento ascenso!! curiosidades de las gotitas de lluvia. Quién fuera una, verdad?

    pd. gracias por tu comentario

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