Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

jueves, 16 de febrero de 2012

Recuerdos futuros.











Ven aquí, déjame abrazarte, eso es, llora sobre mi hombro, que no se va a mover, igual te viene un poco bajo pero nada más, siempre estará ahí para ti. 






Abrió los ojos, estaba solo, tumbado en la cama se dio media vuelta y se quedó mirando al techo. 


Todo vino de golpe, sin previo aviso, sin darle tiempo a subir sus defensas, las que creía tan altas e inexpugnables, sucesión de imágenes dolorosas sin piedad, la vio otra vez, ella lloraba en la puerta de su portal, en la puerta de su casa, en la de su habitación. Estaban solos en su casa, ella no para de decir "por favor...por favor"   una y otra y otra vez, palabras que le dolían mucho más de lo que había calculado, la miró por ultima vez. 


- No te vallas por favor... por favor. 


Se había ido, no cabía duda, si no no se habría levantado solo, ella estaría a su lado. 


Ya no estaba, ella no estaba, él no estaba para ella tampoco, se habría levantado y él no estaría para consolarla, es más sería la causa de su llanto. 


No podía hacer nada, se sabía demasiado orgulloso como para retroceder, para echar marcha atrás para ir a suplicarle que le dejase volver, que le dejase volver a despertarse con ella a su lado. 


Cerró los ojos, le costaba respirar. ¿por qué dolía tanto? ¿desde cuando la quería tanto? ¿desde cuando había aprendido a no poder vivir sin ella?


Dejó los ojos cerrados e intentó dormirse, pero era demasiado difícil, no quería levantarse, no tendría nada que hacer, todo parecería vacío sin ella, no habría nadie a quien llamar, ni con quien discutir. 


Las discusiones, si, eso, pensaría en ello, en el porque de dejarla. 


Su tono, sus maneras gritonas de decir las cosas, cuando algo la molestaba te lo decía mal, te hería, daba igual lo que la dijeras, ella saltaba a la primera de cambio y no había tregua. Eso eso, la indignación volvía y mientras tuviera rabia, podría enfrentarlo, sin enfados, las razones parecían absurdas, sin sentido. 


¿Por qué se había enfadado tanto? ¿que más daba cuanto gritase si le acariciaba la cara cuando abría los ojos y le decía siempre un "buenos días chico guapo"?


Además.. ¿por qué cosas se enfadaba?, por cosas que ella creía tener razón cosas que estaban en sus principios, en sus cosas buenas, chica responsable y comprometida, no asumía ninguna responsabilidad que fuese incapaz de llevar acabo, y jamás desatendía sus responsabilidades por mucho tiempo. 


¿Acaso eso no era bueno?¿entonces porque me enfadaba tanto cuando ella tenía razón para sentirse decepcionada cuando yo no era esas cosas? ¿acaso no tendría yo que haberme dado cuenta de que realmente lo que eran buenas cualidades, no criticables, eran las suyas, no las mías?


Pero su actitud, no podía disfrutar de nada, siempre estaba preocupada por algo, y así yo no podía vivir. ¿la había dejado por tener preocupaciones? ¿había tirado tres años por que fuese alguien que se preocupaba por las cosas? No, no podía haberla dejado por eso.


¿Entonces por qué? 


Negó con la cabeza, se giró en la cama y se dio cuenta de que tenía frío, frío sin ella. 


No le importaban las razones, lo unico que sabía es que la echaba de menos, mucho más de lo que había pensado.


No podría retroceder en sus decisiones, pero si ella venía, si ella le pedía volver, si ella llamaba....

Pero no llamó, ni ese día ni el siguiente ni nunca más. 


Y ella lloró, lloró tanto que ya sus ojos se acostumbraron a estar hinchados, su cuerpo a tener frío y sus manos a andar solas por Madrid. 


Nada tenía sentido sin él, al menos no lo tenía ahora, lo tendría, lo sabía, el tiempo lo cura todo, nada se le escapa, todo lo sana, cierra y cura, queda amortiguado por el pasado, por el olvido, nada es eterno, asique se armó de valor y no cedió, no llamó ni suplicó, no imploró para volver con él. 


Le había querido como no había querido a nadie, lo había dado todo por él, pero no había sido suficiente para él, como para nadie, nunca era suficiente para nadie. 


Sola por Madrid recordó y años después aun le recuerda, recuerda los buenos momentos y el orgullo que tuvo para no volver a por ella, recuerda que pudo más él, que su amor por ella, y eso, eso no lo perdonará jamás. 




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