Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

lunes, 26 de mayo de 2008

Närä 4

Närä





A quien se lo lea, y que no sea de mi clase..XD


modifique algunas cosas en la forma de redaccion y demas, asiqe.. esta puesto de nuevo en el apartado de Närä

Un ruido de la noche me devolvió a la realidad y me di cuenta de que estaba llorando. Lo que daría por volverle a ver.
Ande asta el centro del claro y lo recorrí con la vista. Allí solo estaba Lees, nada mas hubiera deseado que por arte de magia él hubiera aparecido allí para abrazarme y hacerme sentir bien. Pero allí no había nadie.
Escuche un susurro que provenía de alguna parte del bosque. Al acercarme hacía allí, paulatinamente, pude oír unas voces; una masculina y otra femenina, que hablaban de estar buscando algo, o mas bien a alguien.

- ¿Dónde esta?- Era una voz aguda, la de mujer, pero era de esa clase de voz que te hace contener el aliento que te hiela la sangre.
- No lo se… le perdimos cuando paso esos cirses de hay. Y allí, le digo yo que hay algo mi señora, aunque no podamos verlo.- era la voz del hombre, y aquella voz desde luego no te hacía temblar, incluso al contrario, se podría calificar como una voz bonita.
- Vámonos Haic mañana le seguiremos buscando.
Las voces se fueros extinguiendo, alejado. De repente una necesidad que ganaba a todas las demás se instauro en mi cabeza. Encontrar a aquel chico antes de que lo hicieran ellos. No sabía porque, pero no podía soportar la idea de que ellos le encontraran antes que yo. Y lo más curioso es que, aquel chico nada tenia que ver conmigo, y lo peor de todo no sabia ni como, ni quien era.
Decidí seguir a las voces mientras avanzaban por el bosque, y con mi tamaño y mi conocimiento del aquel bosque no había posibilidad de que me descubrieran. Monte en Lees y les seguimos; al momento siguiente volvimos a oír ambas voces.
-¿Y como le encontraremos mi señora? Tiene todo un mundo para esconderse, y es su mundo, no el nuestro. – era verdad al observar desde la espesura pude comprobar que eran humanos, no Nires.
- preguntaremos a todo el mundo, sin excepción, primero de esta pequeña comunidad, luego de la siguiente, y la siguiente y así sucesivamente hasta que demos con alguien que lo haya visto.
- pero señora, no conocemos su nombre.
- pero conocemos que es alto, para ellos, que tiene el pelo color cobre y lo ojos azules, además no es muy mayor rondara los 20, 21.
- cuanta razón tiene mi señora- respondió servilmente el hombre. – ¿esta preparada? – le dio la mano y se esfumaron en mitad del bosque.
Me quede pensando unos instantes,- ¿Por qué sentía que debía ayudar aquel chico? ¿Como iba hacerlo? - Lo único que sabía de él era lo que acababan de decir esas dos personas, y era una historia que ni me iba ni me venia. Pero no me lo plantee dos veces. Estructure el plan.
Primero: Iría preguntado a todos los habitantes de Falcar, y si nadie había visto a alguien parecido a aquella precaria descripción avisaría a mi padre de que me iba, algo que sinceramente me hubiera gustado poder ahorrarme, y seguiría por Woriör el alto y el bajo. Atravesaría el bosque de que se encontraba hacía el oeste y seguiría hasta Nashir; preguntaría a cada uno de sus clanes, bajaría hasta la pequeña población de Rïwell y subiría hasta la zona del Ozet, aunque la subida por aquellas empinadas escaleras era algo que me preocupaba intensamente. Luego, atravesaría la gran estepa y llegaría al bosque que se extendía hasta llegar de nuevo a Falcar. Calcule, que preguntando a todo el mundo, me llevaría medio año, como mínimo. Así que debía partir cuanto antes. Mañana comenzaría con todo, ahora, debía descansar.



No hay comentarios:

Publicar un comentario