Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

viernes, 18 de enero de 2013

Es como si le hubiera borrado el viento, no queda nada.



Y la niña lloró.

Miró a su alrededor y se permitió sentir todo lo que había perdido a lo largo de su vida, eran demasiadas cosas para una niña asustada. Y es que para ser solo alguien con miedo y tristeza no hace falta ser pequeños.

A su nostalgia acompañaba viento y nubes surcando los cielos.

Y ahí estaba ella, sin hacer nada, sin poder dejar de sentir tristeza por algo que ya no podía arreglar, no ahora, había tiempo de por medio, para curar, sanar, pero estaba sola con su hermana, y se sentía mas sola que nunca pues habitualmente esos días eran días perfectos con el, cocinar, ver pelis y dormir juntos. Lo echaba tanto de menos que dolía, dolía demasiado.

Y tenía que estudiar, tenía que estar ella primero en todo, pero en estos días de introspección solo le quería a el a su lado, y es que no se había dado cuenta de la compañía y el amor que le daba. No había sido consciente de todo lo que perdía, lo mas importante, a ella misma, no era ella, era una sombra de la persona que había sido y quería ser.

Y el viento aullaba, y la noche se cernía sobre el teclado y el ordenador, y ella miraba la pantalla como si de ahí fuera a salir algo..

Hubiera querido intentarlo mas fuerte, querría que ahora todo fuera como antes, y tenerle a su lado, querría pensar en que cocinar, que película ver, querría saber que en el mundo hay  una persona, por lo menos, que la conocía mejor que ella misma, querría saber que en el mundo hay alguien que sabría que decir cuando estaba triste, que estuviera dispuesta a ir a darla un abrazo cuando lo necesitase, saber que existe un lugar en el mundo donde pudiera ir cuando se sintiese sola, derrotada, enfadada, con necesidad de amor.

Y ahora ella no tiene peli, ni abrazos por la noche, ni la certeza de que hay alguien que la ama y que jamas la dejará caer. Y solo quiere volver a sentirse así, solo quiere que el vuelva, pues de nadie le valen los abrazos, nadie es él, e inconscientemente le busca, aunque piense que no, aunque crea que avanza, en el fondo, solo se siente más sola día tras día.

Y es que el no está. Es como si le hubiera borrado el viento, no queda nada.


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