Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

miércoles, 14 de octubre de 2015

...

Jodida puta loca. 

Luego me dicen que porque me insulto. 

- Hacia mucho..

No lo suficiente 


domingo, 9 de agosto de 2015

Y cuando vuelvas, pues ya veremos.

Supongo que quiero que seas algo más. 

No quiero tener que darme cuenta de que eras otro alguien que no era para mi. 

Supongo que la pregunta que más cuesta responder es si quiero esto por el resto de mi vida. Y yo se que no quiero no poder expresarme. Yo digo las cosas all laud. 

No puedes hacerme daño y esperar una sonrisa por respuesta. I am not an easy going person. No voy a no darle importancia a las cosas.  A mi me duelen, me afectan, me tocan y no puedo quedarme indiferente a ellas. 

Lo siento. 

Si quieres alguien con quien las cosas sean fáciles he de decirte que yo no soy para ti. No lo soy y no quiero serlo. Y estoy aquí, sabiendo que lo que ves es a una pesada que reclama atención. Y puede que sea cierto, puede que en el fondo todo se resuma a esa mierda, puede. Pero ahora mismo yo no lo veo así. 

Lo que veo es una injusticia. Una incongruencia y me duele, me parece que no me lo merezco. Pero el amor no se reclama ¿no?. Es como la primera regla básica, no pidas amor, el amor se entrega, se da, sale, pero no se pide, no se mendiga. 

Pues yo no puedo, no puedo no esperar cosas de ti. No puedo, lo siento. Recuerdo el día que te pregunte, ¿Por que quieres salir conmigo? y tu respondiste muy seguro, porque te quiero. Recuerdo que pensé, you know nothing. Te avisé, voy a esperar cosas de ti, y me van a doler si no las haces. Creo que no entendiste hasta que punto yo no miento. 

Recuerdo también, durante los primeros días, cuando no dormía y tú te dedicabas a escuchar mi verborrea incesante, que te dije: Yo no me enfado, me duelen las cosas, me hacen daño. Te las voy a decir, y siempre que me escuches, que hagas como si fuesen importantes y me pidas perdón, voy a tardar un segundo en olvidarme. Si las ignoras, si no me tienes en cuenta, si no siento que te importe lo que yo siento, entonces si me enfado, me duele mucho más y vamos a discutir, asique no permitas que llegue a ese punto. 

No recuerdo lo que respondiste, pero igual pensaste que iba a ser imposible. 

¿Tu sabes lo frustrante que es? ¿Sabes lo frustrante que es decir, me estás haciendo daño, y que te expliquen porque no están haciendo nada mal? ¿en que momento una relación se basó, única y exclusivamente, en hacer las cosas bien? 

No quiero decirte, esto no me gusta, y tener que discutir durante horas porque no tiene derecho a no gustarme. No creo que esté defendiendo que no hables con ninguna mujer del mundo, no creo estar defendiendo que tengas que estar el 100%  de tu tiempo conmigo, o que tengas que andar siempre a la pata coja. No, creo que estoy hablando de cosas razonables que pueden hacer daño a cualquiera, a ti el primero. 

Tengo muy claro que un requisito imprescindible de mi relación es que quiero confianza absoluta, quiero poder hablar todo, quiero poder expresar todo, quiero ser yo con todo lo que ello signifique. Y creo que tu te expresas siempre que quieres, y te enfadas, y actúas a tu manera, y jamás, jamás la he menospreciado. Jamás has tenido que defender tu manera. 

Me has dicho, yo soy asi, me pasa esto, actuo asi, y necesito esto de ti. ¿Me pongo a defenderte porque mi manera de hacer las cosas está bien y entonces no debería sentarte mal? No. Te escucho y entiendo que si quiero estar contigo voy a tener que aprender a darte lo que necesitas cuando te enfadas. Y me cuesta, a mi tu manera me cuesta mucho. Pero tu es que ni te has parado a considerar la mia. 

¿Que soy una pesada que reclama atención? ¿Que te agobias? No te preocupes, que no vas hacerlo en toda esta semana. Y cuando vuelvas, pues ya veremos. 


domingo, 26 de julio de 2015

Tenía dos yos.

Tenía dos yos. Siempre los había tenido, pero solo uno se veía. Puede  que quizás no siempre, quizás solo desde el día en que ella se fue y eso fue tan pronto que era como si siempre hubieran estado ahí. La otra Celia había aparecido en respuesta a la pérdida, al sufrimiento a la soledad. La necesidad de creer en la magia, en lo no tangible había entonces surgido tan clara y nítidamente como una realidad y jamás había dudado de ella. Puede que entonces fuera solo una manera de sobrevivir a algo por lo que demasiada gente pasa y no deberían. Puede que entonces solo fuera un concepto de vida más allá de la muerte, de existencia en el más allá, pero poco a poco y con los años esa idea había evolucionado, había cobrado forma de creencia propia. Diferentes motivos habían contribuido a ese cambio y sabía que aún quedaban muchos otros por ocurrir que iban a determinar la forma final de esa creencia, de esa forma de vida. 

Desde pequeña había creído en la magia, la magia era una manera de vida, una filosofía que solo aquellos que creen en ella entienden. Es creer en lo imposible, lo que esta más allá de la razón y del entendimiento, lo que tan solo aquellos que creen entienden. No se basa en hechos científicos, ni en la razón. Está en la intuición y en la percepción, está en el corazón. Y puede que a muchos les suene a cuento chino, a timo y estafa, pero no es así. Nada que provenga de uno mismo es una mentira. 

Ella, científica, desde que nació también, ella, la que si dios quería sería la primera doctora de la familia. Doctora en bioquímica, en ciencia, creía que había algo más allá de los hechos científicos, de lo tangible, de lo comprensible. Ella que buscaba en su vida los porqués, ella, ella tenía fe. Y esque aunque nadie lo creyese, sabía, como sabía que el sol sale y se pone todo los días, que su madre estaba ahí, y que había estado desde el día de su muerte. Mucho más presente antes, si, pero estaba. 

Quería creer que en algún momento de su vida, el yo predominante sería, aunque fuese momentáneamente o por un periodo de tiempo, el mágico, el espiritual, el creyente. Tenía la creencia interior de que tenía algo que descubrir de ella misma que aún no sabía. Que en algún momento su vida le iba a dar un respiro de ciencia y la iba a permitir ir a descubrir aquello que era necesario que supiera. Tenía fe en ello y quería creer que esa fe iba a ser suficiente.


domingo, 28 de junio de 2015

mi autocrítica ha ido perdiéndose hasta ser nula

Creo que  he estado demasiado tiempo sola. 
Creo que se me ha olvidado lo que es estar en una pareja normal.
Y no me creo que a día de hoy siga arrastrando mierda pasada, 
no creo que sean las maletas, 
es más, creo que debería pensar si esa carga no estuvo siempre ahí. 

Y no entiendo que estoy haciendo, o porque soy incapaz de no ser así. 
No, 
no creo que estuviera ahí, 
creo que el estar sola me ha hecho pensar que soy más capaz que los demás de hacer las cosas. 
¿pero quién soy yo para creerme mejor que los demás? ¿o más capaz? 
Cada uno lidia con su vida como buenamente puede, 
y yo con la mía también. 
Eso no quiere decir que mi manera sea la buena, ni la correcta, ni la mejor, 
es la mía, 
y creo que se me ha olvidado cómo se convive,
como se comparten las maneras de ser, 
cómo se aprende del otro. 
Y parece que ya no se cómo no ser una capulla integral el 90% del tiempo. 

Y no entiendo cómo alguien puede querer estar cerca mio ahora mismo, 
cuando me estoy convirtiendo en lo que siempre he criticado.

También hace demasiado tiempo que no me critico a mi misma, 
toda la vida he estado recibiendo críticas y toda mi vida he luchado muy duro por cambiar lo que no me gusta de mi misma. 
Y depués lo dejé contigo, y estuve yo sola conmigo,
y no afectaba a nadie más que a mi misma, 
no hacía daño ni jodía a nadie. 
De la misma manera que tampoco tenía a alguien que me criticase todo el tiempo. 
Y así, 
poco a poco, 
mi autocrítica ha ido perdiéndose, hasta ser nula, 
y ya no se como se cambia, 
ya no se como era eso de que te importe lo que piense otra persona de ti, 
ni sentirte ridícula delante de alguien, 
no me acuerdo bien de cómo era eso de querer a alguien, 
aunque poco a poco me vaya acordando.