Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

sábado, 6 de junio de 2020

Agosto 2019

Aqui estamos, después de un año. Llevo varios días pensando en como pasa el tiempo, en como las cosas cambian y como nosostros cambiamos con ellas, como nuestra percepción de la realidad varía, fluctúa, se mueve. Fíjate en mi hace un año. Estaba totalmente necesitada de vida, de andar, de aire, de experiencias nuevas, de ti. Era un ser sin pereza, sin sueño, sin nada que me impidiera hacer todas esas cosas que me habían sido negadas. Negadas por mi la primera. Y estaba ahora aquí, sentada en unas escaleras que el año pasado podrían haberse considerado un sitio muy nuestro y nos miraba en esta noche y me veía tan diferente... Ahora, llevo un año viviendo, a tope, sin dormir, sin parar de sonreír, de andar mi camino con música y contigo de la mano y de repente todas esas cosas que eran nuevas el año pasado ahora forman parte de mi vida de esa manera en que las cosas se vuelven de verdad. Cuando pasan de ser un sueño demasiado bonito a una realidad, una realidad muy tuya. Y eso tiene un problema. Tiene un fallo de planteamiento, y es que todas esas peñas cosas de las que no te creías merecedora pasan a ser tu realidad. Y con esa realidad viene otra, el dejar de acordarte de lo mucho que te costo encontrar alguien que reuniese todas esas cualidades que ahora te hacen tener un nivel de vida muy superior al de hace un año.

De repente me veo acostumbrada a que me cuiden, a llegar a casa (a cualquiera de las dos) y saber que si necesito alguien que me cubra haciendo la cena, voy a tenerlo. Me veo acostumbrada a que me den las buenas noches todos los días, con cariño, de verdad. Me veo acostumbrada a estar sentada al aire libre con una persona que sabe tocar la guitarra, y que la toca. Lo veo y me parece lo mas normal del mundo, pero ¿desde cuando?, ¿desde cuando Celia?


domingo, 18 de agosto de 2019

No es una casa de amigas, no es una casa de compañeros de piso, es una casa de familia.

Os voy a contar un secreto. Hay una cosa que me encanta hacer. Y aunque hoy no hace el viento adecuado y hace un poco de calor de más, me apetecía hacerla. Cuando era mas joven y mis veranos duraban 2 meses o casi 3, cuando tenía tiempo para aburrirme, para no hacer nada, para leer todo los libros físicos que no quería cargar durante el año a la espalda, entonces había tiempo para divagar y de una manera que ahora no pasa tanto (por no decir nada) me encantaba sentarme a oscuras en mi habitación con la única luz procedente de la pantalla del ordenador, con música tranquila/triste, la ventana abierta y oliendo a verano, fumarme un cigarro y escribir aquí. Con los años uno deja de tener tiempo de estar solo, de aburrirse, de divagar, pero no deja de amar ese momento de introspección que recuerda con nostalgia. 

Estoy en un momento de paz en mi vida como nunca lo había tenido. Puede ser que sea verdad eso de uno crece y de repente los dramas en las relaciones pasan a ser algo que uno tolera peor, puede ser que la falta de tiempo, la carga de responsabilidades o el estrés pongan un poco en perspectiva lo que realmente importa y la paz empieza a ser un bien muy preciado. Puede ser que esta vez haya elegido mejor, pero la realidad es que estar contigo, tal y como estoy ahora me hace tener unas ganas muy de verdad de hacer una vida contigo. 

Ahora nos enfrentamos a una nueva realidad que aunque lejana todavía, es muy real y es la posibilidad de irnos a vivir juntos, y no a cualquier sitio, si no a Entrevias, a mi casa de la infancia. Quizás si uno no me conoce no sabe lo que eso implica, pero cuando uno pierde a una madre a los 11 años, todos aquellos espacios donde vivió con ella pasan a ser espacios casi sagrados. Son espacios que siempre evocan una emoción, un recuerdo. Son bonitos, son bien. Y si ya de por si cuando uno esta bien con alguien tiene ilusión por crear un espacio conjunto, un espacio común, personal, intransferible, vuestro, yo además no puedo dejar de unir esos sueños con los recuerdos, preciosos, que tengo de cuando viví en esa casa. Y venía yo andando pensando en nosotros, en una casa, en mi casa, en las cosas que me apetece hacer contigo, y no he podido evitar varías imágenes que me ha apetecido plasmar aquí. 

Nos he imaginado llegando, con todos los bártulos, con todas nuestras cosas y pasando la primera noche allí. Hay una cosa que siempre pasa cuando uno se muda, y es esa desorientación de no saber donde esta cuando amanece por primera vez en un sitio nuevo. Me imagino abriendo los ojos en MI casa, a la casa que mas hogar yo he considerado nunca. Me imagino abriendo los ojos y viendo esos armarios empotrados que veía cuando me despertaba los días que dormía en la cama con mi madre, y me imagino todas las mañanas que me he despertado allí, antes de que esa maldita enfermedad se llevase la realidad de familia que para mi ha existido de manera demasiado fugaz. Y de una manera casi mística uno esos dos momentos de felicidad completamente alejados en el tiempo y me llevan casi a las lagrimas. 

Lo siguiente que me he imaginado es montando tu habitación musical, la cual vas a amar por que va a ser la mas grande, luminosa y con mejor acústica que hayas tenido. Me imagino poniendo las cosas, y reservándome un pequeño lugar. MI pequeño lugar, por que esa habitación era la mía. Quiero llevarme mi mueble de cajones, ponerlo debajo de la ventana mas alejada y acomodarlo para poner cojines a la altura de la ventana, para poder sentarme. Nos imagino allí, tu con tus cascos, mezclando algo que acabas de grabar y yo sentada en mi ventana, haciendo lo que sea, leer, con el móvil, el ordena o lo que sea y de forma inevitable ese sueño se mezcla con un millón de recuerdos de mi en esa habitación. Yo intentado dormir con mi madre haciéndome cosquis, yo jugando a los potingues, yo pintando con las manos en un papel tan grande como un mural, yo llamando a mi novio de 9 años, yo bailando "Cuando tu vas", yo sentada en mi ventana cosiendo y escuchando música. Yo, yo, yo. Y ahora seríamos tu y yo en mi espacio mas mio. 

Hay un momento que tengo grabado a fuego, es de el verano de antes de que diagnosticasen a mi madre cáncer de vejiga. Yo ya estaba de vacaciones, era antes de que nos fuésemos a Guardamar, o puede que después de volver. Lo importante es que era verano y estábamos los tres, mi padre, mi madre y yo y era la hora de cenar. Habíamos decidido hacer algo rico, espagueti carbonara, yo había ayudado a mi padre a hacerlos. Nos salimos al jardín, pusimos la mesa y cenamos allí. No paso nada remarcable, lo mas destacable de la noche fue mi padre diciendo que yo tenía el culo de mi madre. Lo bueno es que lo dijo como un cumplido. No pasó nada, nada fuera de lo común, al menos que yo recuerde, pero tuvimos una conversación tranquila mientras cenábamos, estábamos tranquilos, felices en paz. Es uno de los últimos momentos que recuerdo de la niñez cuando uno piensa que las cosas son fáciles, sencillas. Cuando uno piensa que la realidad de mama, papa y familia son conceptos imperturbables que van a estar ahí todo el tiempo que uno necesite. Es uno de los últimos momentos de inocencia que tengo y cada vez que me acuerdo de el soy consciente de todo lo que he perdido. Y nos imagino llegando el verano, haciendo espagueti carbonara, al estilo de mi padre, saliendo al jardín y manteniendo una conversación totalmente meaningless, sin nada remarcable pero tranquila, cómplice, feliz y no puedo evitar que se me llenen los ojos de lagrimas. De alguna manera esa casa significa para mi lo que una familia que se quiere significa. Significa infancia, despreocupación, inocencia, seguridad, y saber que va a ser contigo con quien voy a pisarla de nuevo, con quien voy a crear algo mio, es algo que me llega mucho mas dentro de lo que creo que nadie puede llegar a comprender. 

No es una cuestión racional, es como pensar, saber, que si tu yo vamos a esa casa, lo que nos vamos a encontrar es con mi infancia, con la energía de dos personas que dentro de mi limitado conocimiento, se entendían, se querían, sabían convivir, y que formaron una familia allí. No puedo explicar la manera en que verme allí contigo, feliz me hace sentir. Pero es muy bonita. 

Me apetece volver allí, y me apetece volver y tener la oportunidad de crear algo mio en un sitio al que quiero tanto y que me devuelve tan buenos momentos. Es verdad que la casa no esta como estaba, pero me apetece cuidarla, me apetece ponerla bonita (sin comprar ningún mueble innecesario), me apetece hacerla nuestra, porque siento que contigo no sería blasfemia. Se que puede salir mejor o peor, pero se que sería siempre desde el mas absoluto cariño, desde el mas absoluto respeto. Y la verdad es que no querría irme allí a vivir con otra persona que no fueses tu. No con cualquier persona querría ir a cuba y mucho menos con cualquier persona querría vivir en Entrevias. No es una casa de amigas, no es una casa de compañeros de piso. Es una casa de familia, y te quiero convirtiéndote en la mía, por muy cursi que suene decirlo. 

Y hoy no se cuanto te escribire ahora, antes de dormir, pero quería decirte todo esto. Por que todas estas imagenes, todos estos sueños, son posibles gracias a que eres TU. Con todo lo que TU significa para MI. 

Buenas noches.

domingo, 23 de diciembre de 2018

Intentsrlo todos y cada uno de los dias como si no hubieras fracasado antes

Y de repente lo ves claro. Eso es exactamente lo que quieres. Justo eso, lo miras, lo saboreas, lo palpas, lo sientes y estás segura. Eso es lo que quieres. Y esta ahí, incluso parece que está a tu alcance, lo rozas, es casi tuyo. Pero no. Hay algo que te lo impide. Sabes lo que es y lo miras de frente, intentas domarlo, llevarlo a un lugar donde no moleste, donde no te impida alcanzar todo eso que quieres, que te gusta, que sabes que te hace feliz. Lo miras, lo intentas y fracasas una y otra vez, de manera inevitable y año tras año. Te frustras, piensas que la siguiente vez lo harás mejor, pero no es verdad y ves poco a poco cómo la distancia con eso que tanto ansias se hace más grande, cada vez más lejos, cada vez más difícil de alcanzar. Y te duele, te duele tanto... Te cabreas contigo misma, vuelves a intentarlo, te vuelves a cabrear, vuelve a estar más lejos, su paciencia más pequeña, su tolerancia también. Y así, día tras día. Te toca contemplar como haces daño a algo que quieres. Te toca saber que cada paso para atrás es culpa tuya. Te toca verlo y aceptar que muy posiblemente llegue el día que eso que sabías que era perfecto para ti, se vaya, y saber que de haber sido capaz de domar lo indomable ahora mismo estaría ahí, contigo. Te toca llorar, te toca asumir, y te toca todos y cada uno de los días intentarlo como si no hubieras fracasado antes.

jueves, 4 de octubre de 2018

Solo tengo ilusión por esto, sin peros

Hoy había llegado con ganas de escribir, ahora ya es tarde y creo que parte de las ganas se han convertido en cansancio y necesidad de dormir.

Aun no había escrito sobre ti, no así, a corazón abierto.

Aun me cuesta entenderlo, digerirlo, aceptarlo algunas veces. ¿Cómo puede ser que te haya encontrado así, tan de repente? Va a ser verdad eso que dicen de que el amor llega cuando menos te lo esperas, y la verdad es que no me lo esperaba.

Es dificil describirte, decribir como me siento contigo. Quizás la mejor manera es pensar en una niña, por que la ilusión que me generas es esa que solo es capaz de sentir un niño.

Estaba tan perdida... a tantos niveles. Creo que ha sido la epoca en la que menos feliz he sido con la vida que tenia, y aun así me costó mucho tiempo ser capaz de hacer algo al respecto. Tenía tan claro que iba a ser para mejor que no era consciente de cuanto. Y en medio de esa boragine de ganas, de libertad absoluta, de infinidad de posibilidades... En ese preciso momento, apareciste tú.

Tú, con tu ilusion de niño y tus limites de adulto, tú con tus millares de planes y ganas de llevarlos a cabo, con esa capacidad de dar amor y mimos y sexo. Con esa apertura de mente capaz de darle vueltas a practicamente cualquier persona que conozco. Con esos gustos de abuelo tan genuinos como leer prensa en un café. Con esa inmensa profundiad emocional y las ganas de llegar a conocerla entera.

Llegaste como un torbellino de horas de no dormir y falta de tiempo para poder hablar de la lista interminable de cosas que aun tenemos pendiente. Llegaste y me llevaste contigo, porque yo tambien tenía muchas ganas de ir a bailar por el mundo y de no dormir y de ser libre y recibir visitas a las dos de la mañana.

¿Cómo hubiera podido decir que no?

Llegaste y me devolviste esa ilusion de niña, esa ilusión que yo creía perdida en mis 16, esa que, dios, tando echaba de menos.

Y llegaste tan inesperadamante que a veces me sigue costando decir que eres mi compañero de viaje, mi pareja. Aunque lo tenga profundamente claro. Y es que me cuesta entender que he encontrado una persona por la que levantarme en mitad de la noche con una sonrisa por que me va a haber escrito. Me cuesta entender que he podido encontrar a una persona que tiene su vida resulta y la que admiro profundamente en su profesion y trabajo y que a la vez tiene ese lado de absulta niñeria. Me cuesta entender que alguien tenga la ganas de querer quereme con todas mis taras y defectos, aunque no le gusten del todo. Me cuesta mucho entender que lo normal es cuidarse y querer dedicarse tiempo. Dios, me cuesta tanto entender la suerte que he tenido de que hayas aparecido cuando mas necesitaba ver que la vida puede ser divertida y feliz y detallista y sexual y libre. Me cuesta entenderlo, pero no puedo dejar de dar las gracias por que haya pasado.

 Me gusatría hablar de esta profunda libertad que siento estando contigo. Esta libertad de poder hacer lo que quiera, cuando quiera, con quien quiera pero quieriendote solo a ti, por que ahora mismo no podría, ni querría, querer a nadie mas.

¿Cómo puede ser que te quiera en tan poco tiempo?

Será que tienes un no se que, que me encanta. Me encanta sentirme con 16 contigo, por que te estoy dando, de esta manera, el amor mas transparente que se darte. Solo tengo illusión por esto, sin peros, sin miedos. Creo que hemos saltado a nuestro vacio personal y solo nos queda hacer que sea precioso.