Las gotas escurrían por su piel.
Sentía el calor, la quemaban, y ese punto central era abrasador, constante, doloroso.
Pero no lo apagó, cerro los ojos y se dedico a sentir esa sensación, dejó que las lagrimas se derramasen por sus mejillas hasta llegar a los labios y aun mas lejos, descubriendo la linea de su cuello.
Igual así dejaba de sentir todas las cosas que estaba sintiendo.
Si, dolor, enfocar toda su atención sobre ese punto luminoso de su mano y no pensar.
Ella no quería hacerse daño, no era de ese tipo de personas, pero con la mano al aire sintiendo ríos de cera sobre sus dedos y ríos de lagrimas sobre sus mejillas se dio cuenta de lo ridículo que era todo.
Era ella sola la que estaba haciendo todo aquello, era ella la que necesitaba sentir ese dolor.
Necesitaba todo aquello por que no sentirlo... ¿Que significaba?
Esa era la maldita pregunta, la importante, la trascendental.
¿Y si era feliz?
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