Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.

Un trocito de lo que soy.

sábado, 24 de noviembre de 2012

Solo una niña perdida




Y solo era una niña asustada. Por fuera vestía como una adulta, por su boca salían palabras sabias acorde a su edad, pero ella era tan solo una niña que no había querido llamar la atención.

Solo quería que la cuidasen, que la dijesen que todo estaba bien y que incluso tomasen las decisiones difíciles por ella, así nunca sentiría que se había confundido, jamas se arrepentiría, jamas se sentiría culpable.

Odiaba sentirse culpable, arrepentirse.

Pero ahora todo el mundo la exigía que fuera la adulta que aparentaba ser, y no sabía, la gritaban fuerte, la juzgaban cuando lo no hacía bien y ella solo quería acurrucarse en un pequeño rincón y dormir. Pero no podía. Estaba ante el mundo, vestida con una piel que no era la suya, aparentando ser lo que no era, queriendo llorar pero sin permitirlo, y tenía que andar hacía su destino, sola, sin nadie que supiera que bajo la piel solo estaba una niña que no sabía hacia donde dar el siguiente paso.

Lo había perdido todo, vacía y pequeña ahora se recriminaba las horas en las que creyó su papel. Veía venir la enorme tormenta, estaba sobre ella, y no sabía que hacer, mojándose  helándose  llevada por el viento, sin saber a donde ir, a quien recurrir.

Solo una niña perdida, en un cuerpo de mujer.

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