Hablemos de nuestras cosas, esas cosas que solo significan algo para nosotros, que son nuestras, solo nuestras.
VIERNES:
Nervios irremediables debidos a mi escepticismo, solo confiaré en estar en París cuando llegue allí.
Cara de incredulidad cuando nos cobran una
burrada por un
puñetero billete de tren. Anden fa
ntasma y vagones underground Atender a todas las paradas. Dejar las maletas y buscar algo de comer, estrenar la cama.
ntasma y vagones underground Atender a todas las paradas. Dejar las maletas y buscar algo de comer, estrenar la cama.
Salir de camino del Sagrado Corazón y subir millones de
escaleras, regatear con un pintor, y dar vueltas por la plaza del tertre
buscando una oficina de turismo. Llegar allí y tras unas cuantas fotos
sentarnos a ver a unos tíos hacer el subnormal y de paso hacer millones e fotos
para demostrar lo subnormal que eres también tu.
Perdernos de camino al B. Clichy comiendo
nuestro primer crepe, de azucar. Llegar y ver toda la calle
llena de letreros rojos fluorescentes y sexo, hacernos mil fotos encima de una
rejilla por la que salía aire delante del Moulin Rouge.
Ir a que TU te comieras una hamburguesa negra y partir camino de la opera. Tropezar con una tienda donde aprendimos que 100gr de comida seca no es nada parecido a 100gr de comida echa. Gastarnos una pasta y echar de menos el tiramisú.
Ir a que TU te comieras una hamburguesa negra y partir camino de la opera. Tropezar con una tienda donde aprendimos que 100gr de comida seca no es nada parecido a 100gr de comida echa. Gastarnos una pasta y echar de menos el tiramisú.
Llegar haciendo fotos de mierda a cosas que no sabíamos lo
que eran hasta la opera y conseguir que las fotos no reflejen absolutamente
nada. Coches increíbles. Llegar al
Vendome y parar a descubrir que cuando aumentas la obturación y mantienes el
flash no obtienes más que fotos blancas. Probar y probar hasta obtener fotos
que merecían la pena. Sonrisas, vueltas y agarre de grandes palos, andar
motivados por las luces de la Torre Eiffel hasta llegar a retratarla y avanzar a
Madeleine.
Darnos cuenta de que el metro de París tiene líneas con colores jodidamente iguales que hacen que pienses que tu línea pasa por un sitio cuando es mentira. Comprar dos billetes de 10, uno para cada uno y asombrarte cuando salen 20 sencillos. Despotricar cual niños pequeños y llegar para cenar gourmet, tanto por el tamaño como por el sabor darnos cuenta de que habíamos roto la pantalla de la cámara y dormir abrazados.
Para mí, el mejor día. El único que no tuve dolor de pies,
ni cansancio.
Hacernos fotos muy muy arriba muertos de frio con gente gorda y tacones raros a nuestro alrededor. Bajar y hacerle un book de fotos a un cuervo y encaminarnos muertos del frio y con muchas ganas de entrar a un baño hasta el Arco del Triunfo. Llegar ya con dolor de pies, y sin ilusión por sacar la cámara para que se nos congelasen los dedos. Hacer las fotos de rigor y encaminarnos hacia la calle más jodidamente ancha que he visto en mi vida. Los Campos Elíseos. Macdonald hasta los topes comiendo dulce cuando yo quería salado. Bajada y llegamos a la Plza. De la Concordia, enorme, demasiados ángulos y cosas por fotografiar.
SABADO:
Despertar con un “buenos días” y contigo a mi lado. Nada
mejor, regatear hasta convencerte de ducharnos juntos. Ducharnos juntos, bajar
a desayunar y robar botecitos de mermelada. Paté, baguete, jamón york que olía
mal y sabía bien y jamón serrano con buena pinta y sabor rancio.
Preparación de mochilas y encaminarnos hacia nuestro primer
destino, la Torre Eiffel. Llegar y darnos cuenta de que el punto más alto no se
ve debido a la niebla. Hacer las colas de 4h en menos de 30min y subir en un
ascensor que tenía un maquinista sentado fuera.
Hacernos fotos muy muy arriba muertos de frio con gente gorda y tacones raros a nuestro alrededor. Bajar y hacerle un book de fotos a un cuervo y encaminarnos muertos del frio y con muchas ganas de entrar a un baño hasta el Arco del Triunfo. Llegar ya con dolor de pies, y sin ilusión por sacar la cámara para que se nos congelasen los dedos. Hacer las fotos de rigor y encaminarnos hacia la calle más jodidamente ancha que he visto en mi vida. Los Campos Elíseos. Macdonald hasta los topes comiendo dulce cuando yo quería salado. Bajada y llegamos a la Plza. De la Concordia, enorme, demasiados ángulos y cosas por fotografiar.
Dolor máximo de pies. Entrar en los
Jardines de las Tulerías y ver a millones de personas mezcladas con gaviotas
asesinas y lentes gigantescas. Pasar al lado de gente que se levante de un bote
pensando que le han robado, y sentarnos a comer luchando por no ser atacados
por palomas y demás pájaros con picos afilados mientras a nuestro alrededor se
movía la semana de la moda de París.
En marcha de nuevo, caminando al lado del Sena hasta Notre
Dame pensamos que sería menos y llegamos en un estado de agotamiento tal que
cuando terminamos de ver la catedral nos encaminamos por el barrio latino hasta
el primer metro disponible, parando para comer mi segundo crepe, de chocolate
blanco y un panini en un sitio un tanto tétrico. Llegar al metro y encaminarnos
hasta el hotel donde volvimos a utilizar la cama para luego quedarnos dormidos
hasta las 7.
Tarde absurda en la cama del hotel, nada que hacer más que
hablar, hablar y cojear cuando me levantaba de la cama.
Que se nos eche la noche encima y dormirnos a las tantas
tras usar de nuevo la cama. Dormir abrazados y a 20 grados.
DOMINGO:
Levantarme con un “buenos días” y con un cansancio en el cuerpo que no era
normal. Bajar a desayunar con calma y robar más botecitos, pate, mermelada,
jamón york, jamón serrano, baguete.
Recoger y encaminarnos hacia casa de Teresa. Saint Paul.
Metro, y camino por calles adoquinadas hasta una puerta enorme, azul verdoso,
dentro, casa como si estuviéramos en otro siglo, subida de 4 pisos por escalera
de caracol, con alfombra, piso increíble para una pareja, demasiado idílico.
Salir para no despertar a Marcia, y encaminarnos hacia el
Louvre, andando a orillas del Sena acompañados de una maratón y sonido de
tambores.
Parar a encadenar nuestro amor al puente de los enamorados y
tirar las llaves al rio.
Llegar al Louvre y pararnos a mirar todos los científicos
esculpidos, hacer una cola enorme en 15 minutos mientras comíamos bocadillos de
pate. Entrar en estado zombie y recorrer las galerías anonadados con las cosas,
dar codazos para llegar a la Gioconda y recorrernos toda la planta de franceses
en busca de impresionistas inexistentes.
En algún momento darnos cuenta de que nos sobran en total
como 8 billetes sencillos y darnos cuenta de que hemos gastado 12€ por gusto.
Salir e ir a descansar a casa de Teresa quedarnos hasta que
pasó el chaparrón y despertarnos con un té para andar hasta el Pompidou donde
vimos arte moderno tan increíble como un lienzo azul o videos tétricos. Salir
de allí y darnos cuenta de que estaban cerrando todo asique decidimos asegurar
nuestra cena china, nos estafaron, llegamos a casa para cenar y meternos en la
cama a jugar al jueguito de la cerámica.
Quedarnos fritos a las 12 y dormir abrazados.
LUNES:
Despertarnos como hacía mucho que no hacíamos, ducharnos y salir en una infructuosa búsqueda del típico cruasán francés. Terminar
desayunando dos crepes, uno con huevo y queso y el otro con queso y
espinacanas. Dar vueltas por el barrio latino hasta un súper donde compramos lo
que sería la comida de la basura, aunque aun no lo sabíamos, una pizza de
quesos y nueces.. ¿Suena bien verdad? No, era un autentico asco. Llegar a casa para
terminar las maletas y dejar todo preparado, comer y echarnos en la cama. Que
te quedes dormido mientras me dedico a gastarte la batería.
Salir a las 6 de casa, con tiempo de sobra sin saber que estábamos
a punto de meternos en una odisea.
Metro, y Chatelet donde pagamos solo un billete de Renfe,
con pretensión de colarnos a la salida en el aeropuerto. Tras un sinfín de
pasillos y desviaciones llegamos al anden y vemos que el tren que va hacia el
aeropuerto esta retrasado. 18:20. Esperamos con la esperanza de que solo sea
cuestión de un retraso pequeño. 18:30. Empiezan hablar, FRANCES, por los
altavoces ponen cosas en las pantallas, confusión, ¿Qué hacemos ahora? ¿Taxi?
Son 50 pavos. Solo tenemos 25…
En ese momento encontramos a nuestra primera compañera de
viaje. 18:45. Llevaba allí desde las 18:00, no había nadie a quien preguntar,
su vuelo salía a las 20:30, búsqueda frenética de una ruta alternativa, descubrimos
un autobús que salía desde ópera hasta nuestro aeropuerto. Corre al tren que va
hasta Ópera, tarda lo suyo en salir y cuando estamos ya en movimiento, hablando
indignados por la perdida de dinero, por la falta de personal etc,
despotricación varia, encontramos a nuestra segunda compañera de viaje.
Chica de 39 que venía de un están en la feria de la semana
de la moda, decisión conjunta, TAXI, 50 entre 4 no es tanto. Tras regatear el
precio nos subimos en todo el centro de París, a las 19:00 de la tarde, atasco
mortal, de camino al aeorpuerto. Resumiendo, llegamos para embarcar. Sin un
jodido céntimo.
Avión y Madrid.
Dormir en tu casa y dormir abrazados.
Fin.
Puedo decir que ha sido un gran viaje del que casi no salimos. Puedo decir que hemos gritado y nos hemos enfadado, pero hemos disfrutado cada pequeña cosa que hemos visto y hemos recuperado horas de cama que hacía mucho que no teníamos.
Ire subiendo fotos cuando las tenga. Por ahora solo he puesto 3 pero tenemos 500 y pico. Subiré mas.
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