Cadenas.

Hay partes de tu pasado que son como cadenas. 

Hay veces que crees que te has liberado porque las sientes menos tirantes y determinan menos tu rutina, pero una gran parte de esas veces no es cierto y es simplemente que estás más cerca del lugar donde están ancladas.

Lo cierto es que romper esas cadenas es difícil, suelen ser cosas, personas, que han determinado mucho a lo largo de una etapa de tu vida, probablemente hayan sido incluso pilares, grandes columnas determinantes que han sujetado y a partir de las cuales hayamos construido. Lo peor de todo es que hemos tenido que presenciar como se han ido creando grietas y grietas hasta ver como nuestro gran pilar, la gran sujeción de nuestros valores, ilusiones y planes futuros se rompía en mil pedazos y pasaba de ser todo, a ser escombros que lo único que hacían era estorbar.

Pero el problema de eso es cuando todo te duele tanto que no puedes recoger los escombros, los pegas, lo intentas, pero no funciona, todo se viene a bajo una y otra vez. Y desistes, los dejas ahí, de la misma forma que se cayeron la ultima vez. No tienes fuerzas como para recoger los grandes pedazo y limpiarlos, superarlo.

Y ahí es cuando se convierten en cadenas, cosas pasadas que no llegamos a limpiar, aclarar, recoger y guardar. Cosas que hemos dejado atrás porque la vida no te da tregua, pero que son una cuenta pendiente.

Yo tengo muchas, al menos más de una cuenta pendiente. Pero creo que he conseguido recoge, aclarar y limpiar parte de una en mi interior, y he notado como la tensión ha disminuido y como me siento más libre, más feliz.

Asique podéis sentiros orgullosos de mi. Al menos yo lo haré porque estoy eliminando escombros de mi  corazón y hace que me sienta mucho más ligera.