Déjame mostrarte una pequeña parte de mi.
Un trocito de lo que soy.
martes, 15 de mayo de 2012
Viento
El sudor la molestaba. No estaba acostumbrada a sudar, pero ese dia en especifico el calor asfixsiante de la calle se había sumado como en un complot maligno a su mochila para hacer que toda la zona de los hombros, la axila y la espalda fueran un maldito generador de liquido pringoso e incomodo.
Despues de todo el día cargada, de todo el día en la universidad, agobiada por los examenes inminenetes y las millones de practicas que aun le quedaban por hacer se dejo llevar hasta las dos clases en el gimnasio y a la bendita ducha de agua o bien caliente o helada que el gimasio le ofrecia.
Se dejó el pelo mojado y la brisa nocturna de primavera que se creia verano le acarició la piel. Y entonces se sintió en paz. La brisa, el aire agitaba los arboles en movimientos aparentemente aleatorios y ese vaiven, ese dejarse llevar sin ningún proposito era algo que la llevaba a una armonía con el mundo que pocas veces conseguia.
El pelo se secó, el calor se esfumo y dió paso a un tiempo perfecto para ella, la paz se hizo hueco y dejó de pensar en que al día siguiente tenia que estudiarse todo el seminario, pues no tenía más tiempo. Y llegó y abrió la ventana invitando al viento a colarse en su habitación, ha revolver su cabello en la noche, a acariciarla mientras dormía, ha llevar esa energía que la hacía revivir hasta lo más profundo.
Viento.
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