Siempre pensé que ibas a ser eterna. No es que realmente pensase que fueses a serlo, pero desde luego nunca pensé que fueses a dejarnos tan pronto. Es verdad que 85 años no es la definición de pronto, pero aun así es demasiado pronto para todos los que te queremos. Si el 2020 iba a ser nuestro año y se torció, el 2021 era la esperanza en el horizonte, la luz al final del túnel, el inicio del fin. Y sin embargo, míranos, confinadas por ir a verte una misera hora al día que nos hace sentir que no te mueres "sola". Pero estas sola 23h al día y hoy estabas ahí, detrás de ese cuerpo prácticamente inerte que busca el aire a destiempo y demasiado lento para que el oxigeno llegue bien a todos tus órganos. Estabas ahí, frustrada por no poder hablar, atada para que no te quites la vía y preocupada por nosotras por ir siquiera 1h al día. ¿Y como no vas a esta preocupada por pegarnos una enfermedad que a día de hoy te mata?
¿Cómo hemos acabado así? ¿Como nadie a cuidado la sanidad para que nuestros mayores no mueran solos? ¿Cómo los políticos siguen peleando por Cataluña, la ley de educación o quien apoya a quien? ¿Cómo es que salgo a la calle y hay bares llenos y siento que hay una realidad paralela? ¿No son también sus mayores? ¿No son sus padres o abuelos? ¿No entienden que los números de fallecidos al día no son solo números? ¿No entienden que son las personas que nos han cuidado todos los días de nuestra infancia los que viven aterrados día a día? ¿No conocen a ninguno de estos mayores que le haya dicho: "yo no tengo miedo a morir, pero no quiero morir de covid, no quiero morir solo"? ¿Es que no tienen piedad ninguna? ¿Empatía ninguna?
Y se que no tiene ningún sentido estar enfadada, se que no tiene sentido en pensar en lo que pudo ser y no es. Y lo que es, es que estas en una cama de hospital, sola, enfrentándote a la muerte. Tu, que dejaste tu vida en pausa para cuidar de nosotras y de mama, que con tus mas y tus menos, te has encargado de nosotras siempre, que nos has dado todo el cariño que has sabido.
Alguien me dijo una vez: "Es tu abuela, tiene muchos años, no la vas a cambiar, quiérela por que te lo ha dado todo" y quizás por que en ese momento esa persona era mi mundo, pero desde ese instante jamas le he guardado rencor por nada.
Y me quedo no solo con lo bueno, me quedo también con lo malo, por que aunque malo para mi, siempre salía de tu preocupación, de tu necesidad de hacerme crecer y siempre lo he entendido así. Te he dado por echo, abuela. Y se que tu sabías todo, se que sabías que aunque mi vida fuese muy complicada jamas he dejado de quererte, y se que no necesitábamos pasar mas tiempo juntas del que lo hemos hecho, pero te voy a echar de menos y me gustaría poder tener mas tiempo que gastar contigo.
Hoy, en tu casa, trataba de acordarme de cosas concretas, momentos concretos, y obviamente los tengo, mas de las discusiones que de los momentos buenos, ¿y sabes por que? me he dado cuenta de que es por que todo lo bueno salia fácil. No se como ponerlo en palabras, tenía la confianza como para dormir la siesta si venia a verte, como para pasarnos leyendo la tarde entera en la terraza de Guardamar, como para hablar de los problemas de la familia, o del trabajo, o de lo que fuese, como si fuese lo más normal del mundo. Y toda la gente que tenga una familia medianamente funcional se preguntará que tiene eso de especial, pero para mi, para Anita, esa sensación de hogar, es algo tan grande, tan profundo, tan necesario y tan inusual, que cada persona capaz de hacernos sentir así, es un tesoro.
Y cuando entro a verte, cuando entro a verte esa media hora que siempre trato de alargar, solo puedo sentir paz, solo puedo mirarte y pensar, mi chica bonita. ¿Cuantas veces lo habrás pensado tu con nosotras? y ahora te veo tan indefensa, tan desamparada que soy yo la piensa: "mi chica bonita" "la chica mas valiente del mundo" y chorradas así que sin embargo me salen de dentro. Y quiero protegerte de todo lo malo, que ya ni siquiera es la muerte, es el miedo, la incertidumbre, la rabia, el desconcierto, quiero cogerlo todo yo y decirte, abuela, te puedes ir tranquila que estoy aquí para acompañarte, para quedarme con todas esas cosas y que tu puedas irte en paz.
No se por que ha tenido que ser así, todavía no se que es eso tan vital que voy a aprender de este duelo o todo lo bueno que esto va a traer, pero me quedo con que sé que tenía que ser así, por la razón que fuese.
Ojala hubieses sido lo suficientemente eterna para ser tatarabuela, para para estar en mi boda o para sacarme de quicio con cualquier chorrada. Te quería eterna, pero fuiste humana. Ahora mama te espera y nosotras nos quedamos aquí, y esta bien.
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