Me gustaría decir que esta es una entrada antigua que no llegue a publicar. Echando un ojo me he dado cuenta de que quería que estuviera.
Saber aceptar el final de algo es de ser alguien muy valiente.
En la sociedad actual, donde el tiempo es el bien mas escaso, sentir que has dedicado fuerzas, energias, corazon y tiempo a algo que puede que no va a ser para siempre es aterrador.
Supongo tambien, que cuanto mas mayor, mas miedo, mas miedo a no volver a encontrar lo que buscas, a no tener tiempo de encontrarlo.
La parte mas dificil es saber que se acaba, es darte cuenta de que algo, o alguien no te hace feliz, o que la felicidad que te aporta no es comparable con la decepción, o la tristeza, o la soledad.
Supongo tambien que es una manera, como cualquier otra, de conocer tus limites, de darte cuenta de lo que puedes y lo que no puedes tolerar. O de lo que quieres o no quieres tener. O de lo que necesitas y o tienes. Y yo creo que darte cuenta de que una persona a la que quieres se convierte lentamente en eso... es muy duro.
Siempre te planteas si tiene solucion, si es un bache temporal o incluso si eres tu. Y por supuesto que eres tu, siempre eres tu. Siempre es por ti. De hecho cuando se toma este tipo de decisiones suele ser una cuestion de vida o muerte emocional, es una cuestion de salvar el pellejo.
La negacion, el posponerlo hasta que sea el momento adecuado, es siempre la excusa. A las personas no nos gusta sufrir, y la separación es siempre dura. Sabemos lo que nos espera, y estupidamente retrasamos lo inevitable esperando que todo se solucione. Estupidos, estupidos, estupidos.
Uno sabe cuando algo se ha terminado. Lo sabe mucho antes de que se termine. Lo sabe dentro, en el corazón, en las entrañas. Lo sabe en las lagrimas y en el dolor anticipado. Simplemente lo sabe.
Quizás, si supieramos que la vida nos va a dar una tregua, un margen de curación, un tiempo de luto, seríamos mas valientes y nos enfrentaríamos mucho antes a lo que sabemos que va a ser el futuro. Pero el maldito tiempo no deja margen al dolor. La vida sigue, y tu, has de seguir el ritmo. Has de hacerlo aunque estes emocionalmente amputado.
Es una pena que decida seguir siendo estupida, al menos de momento.